Resumen " Pedagogía del oprimido " de Paulo Freire

Paulo Freire escribió el libro Pedagogía del oprimido durante su exilio en Chile.

Con esta obra Freire critica el sistema de la educación tradicional y pretende un plan para liberar al hombre, sea opresor u oprimido. SU propuesta es una pedagogía donde tanto los educadores, como seria el caso de los profesores, como los educando, los alumnos, trabajen juntos, y que  no sea solo el educador quien lleve las riendas del aprendizaje del alumno.

La persona oprimida no tiene que rebajarse al nivel del opresor, es decir, no debe convertirse en un opresor, ya que esa suele ser la tendencia, en identificarse con el opresor. Lo que debe de hacer es liberarse psicológicamente,

Para que reine la liberación y por lo tanto se construya hombre nuevos es fundamental solidarizarse con los oprimidos. Pero muchas veces nos equivocamos a la hora de la generosidad. Por lo tanto esta nueva pedagogía se fundamenta en el poder político para que se implemente. Los oprimidos tomarían la conciencia de la situación de opresión en la que se encuentra y es él el que de una forma u otra tiene que esforzarse para cambiar.

Pero este cambio puede provocar una lucha entre los opresores y oprimidos. Los opresores comenzarán la lucha por no dejar a los oprimidos formalizarse como hombres libres. Los oprimidos tendrán que superar esa lucha para crear hombres nuevos, hombres en acción de liberación.

A los opresores les sentarán muy mal esa derrota de la posición de poder ya que cuando no ejerzan de opresores se sentirán también oprimidos. Esta violencia de opresores pasa de generación en generación, con el ansia del dinero y las posesiones.

Este cambio que se pretende carece de confianza de los dominadores en el pueblo. Y como el pueblo se identifica con el opresor, también carece de esa cualidad. Esto se entiende como ¨ la voluntad de Dios ¨. Unas de las características de los oprimidos es que tienden a autodesvalorizarse. Para superarlo y no pensar así, los oprimidos tienen que ver la vulnerabilidad del opresor.

Lo que exige este cambio es la acción, pero con un buen criterio, de no ser así, no valdrá para nada todos los esfuerzos realizados para uno poder liberarse.

Adentrándonos un poco más en el papel de la escuela, según Freire, el educador llena de mucha información a los educandos, y si éstos se dejan “llenar” de buenas maneras, mucho mejor será. Pero en esta situación lo que hacen los educandos es llenar sus depósitos, los guarda y los archiva; es decir, muestran una actitud pasiva. En este caso el educador es el único que sabe, los educandos no.

En conclusión, el  cambio que se debería llevar a cabo es que ambos, educador y educandos, jueguen con los mismos papeles, es decir, uno no es más que otro, ni uno sabe más que el otro. De esta manera los educandos se mostrarán mucho más activos en el momento del aprendizaje y estarán más motivados.